The Lego Movie[1] (Estados Unidos, 2014) no gustó a la clase conservadora estadunidense.[2] La película les pareció anticapitalista. Para ellos, el filme busca adoctrinar a los niños sobre el empoderamiento de la clase trabajadora, misma que ahí aparece explotada por el Sr. Negocios en una sociedad automatizada y condicionada por las leyes del mercado, el consumismo y la explotación. Para este sector de la sociedad estadunidense, la izquierda se habría apoderado de Hollywood desde hace mucho tiempo. Pero, ¿de qué trata la película y qué diablos es un lego?
Una pieza de lego es un bloque de plástico interconectable. La empresa que los distribuye nació en Dinamarca en 1934 y hasta 1949 sólo producía juguetes de madera. El nombre de la empresa -Lego- provendría del danés “led godt”, que significaría “juega bien”. Los orígenes de Lego serían bastante humildes, un carpintero pobre de Billund, Dinamarca, Olek Kirk Chriastensen, los habría ideado en su modesto taller. Al día de hoy, Lego es una de las compañías de juguetes más respetadas del mundo. Una de las particularidades de la empresa es la brindar a sus clientes la posibilidad de contruir mundos o universos paralelos basados en su arquitectura, así las cosas, tenemos desde universos Medios de Transporte y Edad Media, hasta universos Stars Wars y Harry Potter. Estos mundos están habitados por figuras en miniatura, “minifig”, “personitas lego con brazos y piernas articuladas y una amable sonrisa”. [4]
Un “minifig”, de nombre Emmet, es el protagonista del filme. Emmet es un obrero común, sin habilidades creativas, sólo sabe seguir instrucciones. Es un buen obrero porque sabe hacer sólo la parte que le corresponde dentro de la gran cadena de pequeñas y diversas acciones que conforman el proceso de producción. En un mundo donde la creatividad, la diferencia y pensar por cuenta propia es el peor de los crímenes -la semejanza con Neo, el héroe de la trilogía Matrix es evidente- la resistencia está encabezada por un puñado de Maestros Constructores -una especie de “minifigs” en peligro de extinción- que aún logran materializar sus propias ideas sin rendirle pleitesía al Señor Negocios. Éste pretende -con un malévolo plan- acabar definitivamente con el cambio y la creatividad en el mundo. Ver la película en una sala atestada de niños es un ejercicio estimulante. Los pequeños ríen por cosas que uno no comprende. Su aguzada inteligencia termina por mostrarnos belleza y humor increíble donde nosotros no atisbamos nada. En su aventura, el obrero Emmet está acompañado por Batman -en su versión más deliciosamente ególatra- así como por la bella Estilo Libre, el viejo místico Vitruvius y los conocidos superhéroes Linterna Verde, La Mujer Maravilla, Superman y un sin fin de personajes que ya forman parte -querámoslo o no - de la cultura popular occidental. El súper equipo es necesario porque enfrente tendrán a un súper villano esquizofrénico: Polícia Bueno-Polícía Malo. Warner Brothers, la gran productora estadunidense -misma que no tiene nada de anticapitalista -se ha anotado un éxito rotundo que le traerá aún más envidias. Quizá dentro de poco sea tildada de socialista y los juguetes Lego sean proscritos por... comunistas.
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