Blue Jasmine
Jazmín
Azul (Estados Unidos, 2013), es la última película escrita y dirigida por el
cineasta estadunidense Woody Allen. A
diferencia de Medianoche en París[2] (2011) y A Roma
con Amor[3] (2012), ambas deliciosas comedias, Blue Jasmine es un drama no excento de humor negro. Con un
reparto encabezado por la excelsa Cate Blanchett, Blue Jasmine discurre por tenebrosos asuntos: el clasismo, las enfermedades
emocionales y la ruina económica. Éstos se
entremezclan para confeccionar un peligroso coctel que no dejará indiferente al
espectador y lo atrapará de golpe en medio de las poderosas interpretaciones de
un reparto que se bate en un duelo de
vigorosas caracterizaciones. El filme
emplea de forma magistral las escenas retrospectivas –flasbacks o analepsis-
para contar la historia de Jasmine (Cate Blanchett), una hermosa, clasista y
neurótica mujer caída en desgracia tras el fin de su matrimonio con un poderoso
empresario. El tobogán de la vida y la fortuna lleva a Jasmine de la vida
aristocrática de Nueva York a las modestas condiciones de sobrevivencia con las
que tiene que lidiar su hermana Ginger (Sally Hawkins) en San Francisco, al
otro extremo del territorio de nuestro poderoso vecino del Norte.
Fiel
a su costumbre, Woody Allen, discurre por las inextricables motivaciones de la
mente humana y las complejas relaciones que lo miembros de la especie
entablamos con nuestros pares. Tanto Jasmine, como Ginger, son hijas adoptivas de
diferentes padres biológicos. La caída
de Jasmine a los barrios clase medieros de San Francisco es sólo el telón que
sirve de fondo al drama de dos seres humanos irremediablemente separados por
sus pasados emocionales y sociales.
El
filme confronta también dos mundos: el de la costa Este estadunidense, “viejo”,
clasista, sofisticado y excluyente en contraposición al que emana del de la
costa Oeste, relativamente más joven, más “pobre” y en busca de “oportunidades”
para todos los que se atrevan a conquistarlas. A ritmo de blues, Woody Allen
cuenta –él mismo un músico experimentado- la confrontación entre ambos
universos sociales y la miseria de la condición humana. Narra también cómo los
infructuosos intentos por entendernos fracasan cuando a través de ellos lo que
realmente intentamos es sacar el máximo provecho –emocional, económico o sexual-
de los seres con los que compartimos el insignificante fragmento de tiempo y
espacio del devenir que en suerte nos tocó intervenir.
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